CARTA DE RAFAEL URIBE URIBE
a
Pedro Nel Ospina.
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RUU le cede a Corozal.
Noviembre 27, 1900.
Tomada del libro
DOCUMENTOS. Tomo IV
MILITARES Y POLÍTICOS.
Sobre este libro ver nuestra publicación: RAFAEL URIBE URIBE. Documentos militares y políticos. Tomo IV. http://rafael-uribe-uribe-tw.blogspot.com/2009_11_09_archive.html
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CAPÍTULO XXIII (Página 199)
CAMPAÑA DE BOLÍVAR
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí) SUMARIO: Situación de la Costa en septiembre de 1899. -Desastre de Gamarra. -Muerte del General Siervo Sarmiento. -Desgraciada empresa sobre Santamarta. -Derrota de Toluviejo. -Pérdida de los buques. -Llegada del General Uribe a Bolívar. -Toma de Sincelejo. -Falso ataque a Corozal -Triunfo de Juangordo. -Toma de Magangué. -Inacción de Durán. Error capital de su campaña. -Derrota en Pivijay. -Deserción: pérdida del parque. -Fuga de Chibolo. -Resolución de no combatir. -Dispersión del Ejército del Magdalena. -Bombardeo de Magangué. -Llegada y marcha de Herrera. -Tentativa de arreglo pacífico. -Sitio y toma de Corozal Capitulación. -Proclama. -Por qué no se siguió sobre Barranquilla. -Decreto sobre guerrillas. -Reorganización de la administración pública. -Pacificación del Sinú. -Ocupación de Lorica y Montería. -Combates de Berástegui, San Pelayo y Los Garzones. -Viaje del General Uribe. -Fortificación de Corozal. -Supuesto falso en que el General Uribe basó su campaña. -Desembarco de tropas. -El General Ospina. -Combates del Carmen. Ovejas. Colosó y otros. -Abandono de Corozal;
carta a Ospina. Combates de Sampués, Chinú, Carranzó y Ciénaga de Oro. -Plan del General Uribe. -Encierro en Lorica. -Combates de San Antero, Santacruz y otros. -Se escapa de Lorica.
-Fin de la campaña de Bolívar. -Manifestación. -Carta del General Vargas. -Misión al Exterior. -Documentos.
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En los últimos días de Agosto desembarca el General Uribe en territorio del Departamento de Bolívar, con tres Ayudantes: los Coroneles Pablo E. Obregón y Germán Vélez, ascendidos después a Generales, y el ya para entonces Sargento Mayor Saúl Zuleta, su heroico e inseparable compañero desde Peralonso. Tirando del remo los cuatro, habían navegado sesenta leguas por el Opón y el Magdalena, ocultándose de día en los caños y ciénagas, y deslizándose de noche entre los puestos enemigos y los buques del Gobierno, con peripecias singulares y gravísimos peligros. .
Antes de ver de nuevo a la obra al General Uribe, digamos cuál era la situación de la Costa.
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Con el desastre de Gamarra, en octubre del año anterior, había arrebatado el Gobierno a la Revolución toda esperanza de poseer el río, no dejándole uno solo de los buques que adquirió al principio. El Gobierno señoreaba, pues, sin obstáculos la navegación del Magdalena, ….
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..... clarando que el Gobierno del Sr. Marroquín le satisfacía plenamente, que la Revolución ya no tenía bandera ni razón de ser, y que no contribuiría a que continuara ni aun en la forma indirecta de la abstención que se le pedía. Con esta clase de copartidarios, ¿qué esperanza quedaba?
El desenlace temido y previsto no se hizo ya aguardar. En los primeros días de noviembre desembarcaron las legiones del Gobierno en Zambrano, Tacamocho y otros puertos del río, y por Tolú, Madre de Dios y otros del mar. Después de algunos encuentros en el Carmen, Ovejas, Canutalito y varios parajes más, el enemigo estableció una sola línea de soldados, especie de Trocha de Mariel, desde el río hasta el mar, o sea desde Zambrano hasta Tolú, por Ovejas, Colosó y Toluviejo, sin duda con el propósito de cerrarle al General Uribe el camino para Barranquilla; como si habiendo querido seguirlo, no le hubiera antes sobrado tiempo para ello. En seguida desplegó el General Ospina, Jefe de la tropas del Gobierno, una lentitud genuinamente vargasantesca, impropia de un General joven. Al frente de un buen ejército y no teniendo más misión que aplastar una montonera, pudo terminar en diez días lo en que invirtió mes y medio.
Sin embargo, haber vencido al General Uribe es uno de los principales títulos con que el General Ospina llegó luego al Ministerio y, por la vía del destierro, a la nombradía nacional de que hoy disfruta. No se queja de ello el General Uribe; antes bien, le hemos oído encomiar con frecuencia y sin reservas los méritos intrínsecos y prendas personales de Ospina. Terminemos nosotros con la reflexión de que no ha de ser escasa la reputación del General Uribe cuando, sin disminuírse sensiblemente, ha suministrado elementos para formar o aumentar otras reputaciones.
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Al fin el enemigo resolvió avanzar. Cañoneó largamente a Corozal, plaza que el General Uribe evacuó tranquilamente; después de no corta vacilación, la ocupó el Jefe gobiernista, y sobre la mesa de despacho del General Uribe halló la siguiente carta, cuyo estilo familiar se explica por las relaciones personales que entre los dos existían:
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Página 231 (Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
Corozal, Noviembre 27 de 1900.
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Sr. General Pedro Nel Ospina. - S. M.
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Conveniencias de guerra me aconsejan cederte a Corozal. Ahí te lo dejo con sus fiebres, su hambre y su aspecto antipático. Como la cesión es voluntaria y hasta gratuita, no vayas a escribir sobre ella un parte muy grandilocuente y tonitruante. No hay que tartarinizar.
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Por no dejar ociosos a mis soldados, por ejercitarlos en construir fortificaciones, por meter algo de miedo a lo lejos sobre mi resolución de "defender la plaza o morir bajo sus ruinas," me entretuvo en arreglarla como para resistir de veras, pero sin haber tenido nunca el ánimo de hacerlo. Tiene todavía la Revolución mucho horizonte y mucho porvenir para encerrarse en cualquier cascarón de pueblo, sólo por el qué dirán.
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He cuidado de los heridos y enfermos conservadores de que me hice cargo por la capitulación, mejor que si hubieran sido liberales. Puede que algunos se quejen, por lo descontentadizos, pero tengo atestaciones de ellos mismos que comprueban mi buen manejo. No hago mérito de ello sino para exigirte la reciprocidad. Aquí y en Sincelejo quedan algunos de los míos, incapacitados para seguirme: te los recomiendo, en la seguridad de que los dejo bajo la protección de un caballero y de un cristiano.
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A propósito: me complace tenerte por contrincante. Entre los dos no perderemos esfuerzo por civilizar la guerra. Dicen que tus fuerzas han saqueado el Carmen, Colosó, San Antonio, Palmitos y demás lugares a donde ... (hasta aquí la pág. 231. Sigue la 232, cuya imagen se presenta enseguida.) ... han llegado, y que saquearán e incendiarán a Sincelejo si le toman. Deseo que sean exageraciones de la gente. Yo me he esforzado siempre por impedir que mis tropas cometan esa clase de desafueros, y creo haberlo conseguido. La conducta contraria en los defensores del Gobierno, formaría contraste desventajoso.
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Está de más decir que los prisioneros que nos hagamos serán bien tratados. No te dejes aconsejar de los sectarios rabiosos. Estamos guerreando en tierra que no es precisamente la nuestra, y donde debemos procurar dejar un buen recuerdo, no casándonos con las rencillas lugareñas. Somos padres de familia, vamos tirando ya para viejos, y tenemos reputación que cuidar; otros tantos motivos para tratar de distinguimos del vulgo de los perseguidores fanáticos. En cuanto a mí, jamás la condición de conservador o de adversario me ha impedido ver detrás la de colombiano, es decir, la de compatriota.
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En cuanto a relaciones entre los dos, quedan por mi parte establecidas para todo objeto útil o de interés común. No en vano habremos sido condiscípulos y amigos de toda la vida; y aunque tendría yo derecho a guardarte rencor por querellas de juventud en que te excediste, los años han dejado caer sobre ellas capas sucesivas de ceniza fría.
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Celebraré que tengas buenas noticias de Carolina y tus muchachos. ¡Feliz tú, que puedes comunicarte con ellos! En catorce meses de campaña, apenas he sabido tres veces de casa.
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Te saluda tu condiscípulo y amigo,
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RAFAEL URIBE URIBE
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Página 232. (Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
A la nobleza caballeresca de esta carta contestó Ospina deprimiendo al General Uribe como militar y calumniándolo como hombre. Además, ordenó, autorizó o toleró incendios; saqueos y otras atrocidades de sus Tenientes, entre los cuales alcanzó a dejar fama como de ....
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Página 233. (Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
Zaraza o Antoñanzas el General Francisco A. Jaramillo U. (a Palonegro).
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Problema: ¿tiene uno ciertas inclinaciones de carácter porque es conservador o liberal, o bien, a la inversa, es la denominación política la que determina el modo de ser moral y mental? Dígalo el lector.
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No se sabe por qué se imaginó Ospina que el General Uribe iba en derrota, y lanzó sobre él sus batallones con escasa reflexión. Uribe concentró en Sampués las tropas que habían estado cubriendo las vías de Colosó, Sincelejo y otras, y esperó a pie firme. Resuelto a ceder terreno, no quería hacerlo de una vez. El combate duró todo el día; al cerrar la noche, Uribe abandonó el campo, sin que Ospina hubiera forzado las posiciones.
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El plan de Uribe era el siguiente, de ahí en adelante: con los Generales Plácido Camacho, Mercado Robles y Vargas despachó una parte de su tropa a la derecha, por el camino de San Andrés, cubriendo a Lorica; y tomó, con su Jefe de Estado Mayor Urueta, la otra parte en dirección al sur, calculando que Ospina seguiría tras él con el grueso de sus fuerzas. Proponíase atraerlo hacia el alto Sinú, donde lo dejaría perdido, mientras Uribe bajaba el río en embarcaciones que tenía preparadas, para concentrarse en Lorica y aguardar ahí hasta última hora la llegada del buque anunciado:
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Este proyecto se ejecutó al pie de la letra, no obstante que los Jefes de la derecha descuidaron tomar precauciones y se dejaron sorprender y desalojar de San Andrés. Uribe esperó a Ospina en Chinú; cuatro horas duró el encuentro, hasta que derramándose por ambos flancos las tropas gobiemistas, tuvieron las revolucionarias que ceder. De nuevo pensó Ospina que esa era la derrota definitiva, y ordenó la persecución, encabezada por los Jefes y Oficiales a caballo; pero media legua más adelante, ya Uribe había vuelto caras en el arroyo de Carranzó, donde los perseguidores recibieron notable escarmiento. Pasando por Sahagún, fue Uribe a establecerse en las colinas de Ciénaga de Oro, ya reconocidas por él en su an- .... (hasta aquí la pág 233)
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LA CARTA SE PUBLICÓ TAMBIÉN en las páginas 329 a 331 (Capítulo Decimo Sexto) del libro "RAFAEL URIBE URIBE. Un hombre y una época" de Eduardo Santa. Primera edición 1962. Ed. Triángulo, Bogotá. (Sobre este libro ver nuestra publicación: RAFAEL URIBE URIBE , http://tertuliawhite.blogspot.com/2009_09_17_archive.html )
En la página 333 se da esta referencia: Manuel Antonio Pineda C., Efemérides de la campaña del general Rafael Uribe Uribe en Bolívar. Editorial Bolívar. Cartagena, 1939.
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Actualizó:
NTC … /
gra . Noviembre 16, 2009, 9:45 AM