sábado, 14 de noviembre de 2009

RAFAEL URIBE URIBE (1859 - 1914). Discursos. Tomos I y II

-
Publicaciones, enlaces y archivos anteriores sobre RUU, ver:

RAFAEL URIBE URIBE
Escritos del General y Doctor
y textos sobre él (Apendices)
COLECCIÓN PUBLICADA POR LA BENEFICENCIA DE ANTIOQUIA
DISCURSOS TOMOS I (2a. edicion 1980) y II (1980)
.
Sobre el TOMO IV:
.
(Libros adquiridos por la TERTULIA WHITE , TW , en la librería de usados "Hay libros" de Medellín, en el stand que tuvo en la XV Feria Internacional del libro Pacífico, Cali, Octubre 2009)
....
TOMO I

Carátula. 260 páginas. 13.8 x 21.4 x 1.5 cms

.

Solapa (igual en ambos tomos)
.
Texto:

PINCELADA BIOGRAFICA
Rafael Uribe Uribe fue jurista, político, militar, diplomático, periodista, orador, parlamentario, publicista, filólogo, agricultor, caudillo liberal o Estadista en una sola palabra.

Nació en Valparaíso (Antioquia), en el paraje El Palmar, el 12 de abril de 1859. Fue bautizado en Rionegro el 12 de agosto del mismo año, por su tío materno el presbítero Juan de Dios Uribe, con los nombres de Rafael Víctor Zenón. Fueron sus padres Tomás Uribe Toro y Mondragón y María Luisa Uribe Uribe y Echeverri . En 1873 su familia se trasladó al Valle del Cauca. Combatió en la guerra civil de 1876. Fue herido en la batalla de Los Chancos, entre Buga y Tuluá, el 31 de agosto de ese año.

Se graduó de abogado en 1880, en el Colegio Mayor del Rosario (Bogotá). Regresó a Antioquia, donde ejerció su profesión y ocupó algunos cargos como Procurador General del Estado, Juez Superior y profesor de la Universidad de Antioquia (Derecho Constitucional y Economía Política).

El 8 de febrero de 1886 contrajo matrimonio con Sixta Tulia Gaviria Sañudo. Tuvieron seis hijos: Luisa, Adelaida, Julián, Carlos Eduardo, Sixta Tu1ia e Inés. Durante siete años vivió en su hacienda "Gualanday", en el municipio de Fredonia. En 1893 se radicó de nuevo en Bogotá. En 1896 entró a la Cámara de Representantes. Al año siguiente viajó a América Central.

Combatió en la guerra de los Mil Días (1899-1902). En 1905 viajó por los países del sur del continente, con cargos diplomáticos. En 1906 formó parte de la delegación colombiana a la Conferencia Panamericana de Río de Janeiro. En 1908 volvió a ocupar una curul en la Cámara. Fue senador de 1911 a 1914.

Fue asesinado en las gradas del Capitolio el 14 de octubre de 1914.

J. Emilio Duque Echeverry

......
Notica de la TW: Ampliación de esta biografía:
http://www.lablaa.org/blaavirtual/biografias/uribrafa.htm y

http://tertuliawhite.blogspot.com/2009_09_17_archive.html
------



INDICE (TOMO I)
Explicaciones necesarias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Previamente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

REPRESENTANTES ESPURIOS
Proposición. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Primer discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Segundo discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 48
Tercer discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Cuarto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Quinto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Sexto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Séptimo discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Octavo discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101

.
LA CUESTIÓN CUBANA
Proposición. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Primer discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 7
Segundo discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Tercer discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
Cuarto discurso. . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Quinto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
.
FACULTADES OMNIMODAS
Antecedentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Primer discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
Segundo discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Tercer discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 201
Cuarto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
Quinto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
Sexto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
Séptimo discurso . . . . . . . . . . . . . 226

APENDICE *
En el Entierro de Rafael Uribe Uribe (Discurso de Marco Fidel Suárez) ... 235
Uribe Uribe (Por Guillermo Valencia). .. ……… 238
Oración Fúnebre a Uribe Uribe (Por Jorge Eliécer Gaitán). . 247
Uribe Uribe (Por Clímaco Soto Borda-Casimiro de la Barra). . 249
El Mejor Colombiano (Por Juan Lozano y Lozano) ……. 251

....
* Poco a poco iremos escaneando en texto cada uno de estos escritos y los iremos publicando aquí.

EXPLICACIONES NECESARIAS (Fragmento inicial)

Rafael Uribe Uribe fue general, abogado, parlamentario, diplomático, periodista, dirigente político, orador. Uno de los colombianos más notables en la etapa de la República y uno de los antioqueños más ilustres de todos los tiempos.

Puede citársele con Lorenzo Marfa L/eras, Florentino Gonzá­lez y José Marfa Samper, entre los buenos ciudadanos que por méritos de inteligencia y de virtud merecían ser Presidentes de la República, y no lo fueron. Figura con Antonio José de Sucre, Julio Arboleda y Jorge Eliécer Gaitán entre los grandes mártires de nuestra patria, sacrificados por oscuras pasiones. Tiene un sitio de privilegio entre los colosos de la tribuna, alIado de José Marta Rojas Garrido, Diógenes Arrieta, Salvador Camacho Roldán, Car­los Holguín, Miguel Antonio Caro, José Vicente Concha, Nicolás Esguerra y Guillermo Valencia.

Uribe Uribe es uno de los hombres que sostienen la grandeza de Antioquia, de los que ejercieron el talento en armonfa con la belleza y dejaron obras de fecundidad por el espfritu. En la prime­ra Ifnea están los maestros de la altivez y de la pluma, del pensa­miento y del arte: José Félix de Restrepo, José Manuel Restrepo, Manuel Uribe Angel, Marco Fidel Suárez, Tomás Carrasquilla, An­tonio José Restrepo, Antonio José Cada vid, Juan de Dios Uribe, Fidel Cano, Carlos E. Restrepo, Esteban Jaramillo, Tulio Ospina, Luis López de Mesa, Fernando González, Epifanio Mejía, Gregcr rio Gutiérrez González, Porfirio Barba Jacob, León de Greiff. ..

Entre los grandes de Antioquia se menciona a Uribe Uribe como escritor y orador. Pero ocurre que su obra es prácticamente desconocida. Con excepción de su: "Diccionario Abreviado", que hace pocos años se editó de nuevo en la Imprenta Departamental, los escritos de nuestro compatriota pertenecen a los mamotretos amarillentos de álbumes y revistas, o a lo sumo a contados volú­menes de reliquia, que provoca leer, con amorosa paciencia, en la intimidad hogareña de un domingo.

Casi toda la obra de Uribe Uribe es fogosa y ardorosamente política: folletos, documentos militares, proclamas, cartas, discursos. Es una obra dispersa, excepcionalmente recogida en libros. Antioquia está en mora de la colección cuidadosa. Es justo que en apretados volúmenes se recoja el pensamiento de este hombre extraordinario, que fue un radical extraviado de su época en los primeros años de este siglo, y un profeta de los tiempos actuales en las postrimerías del siglo anterior. Con prosa de fuego graneado, Uribe Uribe fue al grano de los grandes y eternos "problemas nacionales", entre ellos el del grano rojo que a estas alturas continúa en la cima de la economia nacional. El hijo epónimo de Valparaíso fue cafetero en la teoria y en la práctica, como orador elocuente y un experto agricultor. En fin, la obra literaria de Uribe ofrece la paradoja de lo antiguo renovado en el tiempo, de los hechos pasados que reviven, asombrosamente, su vigencia. Es un escritor de actualidad; fue un visionario. Sin duda alguna el gran visionario de la política colombiana.

Se hacen lenguas los viejos patricios en el elogio de quien fue un maestro de la lengua. Para decido en términos de moda, Uribe Uribe se realizó literariamente en la tribuna. En la cumbre de la palabra se dieron cita la erudición del estudioso, la maestria del filólogo, la gracia del campesino, la estrategia del guerrero, el orden didáctico del profesor, el desordenado furor del panfletario. Aquella voz se paseó impávida por todos los matices del arte oratorio, para desplegar, como dos alas inmensas, el dominio del idioma y la pasión libertaria. Pero casi nada se conoce hoy del orador. Parece que se le hubiera desterrado de la imprenta, que es el único medio de prolongar hoy, a falta de discos por aquellas calendas, el eco de la voz portentosa. La tarea de la recopilación tribunicia tenía que empezar por el Congreso, pues. fue en el Congreso donde comenzó a descollar el tribuno.

En resumen: la divulgación de la obra de Unbe Uribe debe comenzar por los discursos. En volumen de casi 400 páginas, en la Imprenta y Librería de MeréJardo Rivas (Bogotá), en 1897, con prólogo de A. Robayo L., bajo el título de "Discursos Parlamentarios", se publicaron los principales discursos pronunciados por Unbe Uribe en la Cámara de Representantes, en la legislatura de 1896. Advierte el compiladar que se dejaron por fuera, a solicitud del mismo Uribe, las intervenciones cortas, algunas de las cuales ni siquiera salieron en los "Anales de la Cámara"; otras fueron consideradas de poca importancia por el mismo autor, como las relativas al asunto Punchard y a la cuestión Lesmes. Para evitar la censura del gobierno, que seguramente habría llegado al extremo de impedir la divulgación, tampoco se incluyeron los discursos referentes a los tratados con Venezuela, publicados antes en folleto, recogido por la policía, así como el llamado Discurso-Resumen, que pronunció en la última sesión de la legislatura de aquel año, para hacer la radiografía de un Congreso estéril.

Los discursos, como se dijo antes, corresponden a la legislatura de 1896. Y fueron a la imprenta en el año siguiente. Esto indica, si se tiene en cuenta la categoría de la empresa editora, que el estreno parlamentario de Uribe Uribe tuvo que ser un éxito.

No hay noticias de posteriores ediciones. En este aspecto ha sido infortunada la memoria de Uribe. Ensayos, panegíricos, biografías, pero ninguna evocación del tribuna con sus propias palabras.

Aproximadamente la mitad de la obra citada, "Discursos Parlamentarios", se reproduce aquí en el mismo orden. Más claro: se publican hoy, probablemente por segunda vez, las primeras actuaciones de Uribe Uribe en el Congreso, como representante de Antioquia y como vocero único del Liberalismo.

El mismo día de su ingreso a la Cámara, primerizo, novicio y montañés, comenzó un debate para denunciar atropellos y fraudes cometidos en las elecciones. Terminada esa parte acusadora, empezó la discusión sobre Cuba y luego la de las facultades omnímodas. Los tres debates iniciales, posiblemente cenitales del orador antioqueño, forman el presente tomo, con los mismos títulos del volumen que se reproduce: Representantes Espurios, La Cuestión Cubana y Facultades Omnímodas. La segunda parte del libro citado, que deberá ser el segundo tomo de estos discursos, lleva también tres títulos: Gravamen del Café, Recargo de Contribuciones y Temas Varios.

Pero quedaría incompleta esta presentación del orador, o más exactamente de sus oraciones memorables, si no se recuerda, aunque sea en brochazos de extremada síntesis, las circunstancias que determinaron esas intervenciones, o el marco histórico en que salieron al aire. Al aire del Capitolio, estrecho aún, sin la resonancia del micrófono y acaso sin grandes titulares de prensa. En aquellos días la prensa estaba dominada, hasta el eclipse, por la omnipotencia de la Regeneración, el régimen que había iniciado el otro Rafael, el "Pensador del Cabrero”.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

En 1886 se estableció una nueva Constitución, inspirada por Núñez y redactada por don Miguel Antonio Caro. El centralismo sucedió al federalismo de Rionegro. …..

…. continuará

+++++
TOMO II
Edición Octubre 1978. Medellín. 272 páginas. 13.8 x 21.4 x 1.5 cms

INDICE
Explicación necesaria …………. Págs. 5 (Texto más adelante)

.
GRAVAMEN DEL CAFÉ
Primer discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Segundo discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Tercer discurso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Cuarto discurso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
-
RECARGO DE CONTRIBUCIONES
Primer discurso ….. 51
Segundo discurso ….. 58
Tercer discurso ...... 65
Cuarto discurso . . . . . 68
Quinto discurso . . . . . . . 73
.
TEMAS VARIOS
Estatua al Sabio Caldas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Santander y Caloto . . . . . . . . 99
Navegación Fluvial . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 105
Reformas al Reglamento. . . . . . . . . . . . 109
Reformas Civiles y Judiciales ... ... . . . . . . . 119
Disciplina en Política .... . . . . .. . . .. .. . . 127
La Feliz Improvisación ... ........ . . . . . . . 137
El Ministro de Relaciones Exteriores en la Cámara . . . .. 144
La Prensa . . . 156
Servicio Militar Obligatorio . . . . . . . . . . . . 161
Mis Contradicciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
El Dinero Liberal .. . . . . . . . . . . . . 185
Arreglo de la Deuda Exterior . . . 195
Cumpleaños del señor Caro. . . . . . . . . . 200
Acusación contra Don Carlos Uribe 206
La Provincia de Pereira ... 212

APENDICE *
En los funerales del General Rafael Uribe Uribe (Discurso de Laureano García Ortiz) ..... 237
Nuestra actitud (Por Laureano García Ortiz). . . . 240
Aniversario del Plan de Marzo (Discurso de Laureano García Ortiz) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
Un año después (Por Laureano García Ortiz) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
El Busto del General Uribe en Cartagena (Discurso de Laureano García Ortiz) . . . . . . . . . . 248
Notas para la Estatua del General Rafael Uribe Uribe (Por Laureano García Ortiz) . . . . . . . . . 252 Exponente de la cultura humana (Por Carlos Lozano y Lozano) . . .. 255
Rafael Uribe Uribe (Por Tomás Carrasquilla) . . . . . . . . . . . . . . . . 263
El gran ciudadano Uribe Uribe (Discurso de Jaime Sierra García) . . . . . . . . . . . . 264

* * Poco a poco iremos escaneando en texto cada uno de estos escritos y los iremos publicando aquí.

-

EXPLICACIÓN NECESARIA (Pags 5 a 7)

En diciembre de 1977 se publicó el primer tomo de esta obra, que aspira a recoger todos los discursos de Rafael Uribe Uribe. Se recordó entonces, en el prólogo de "Explicaciones Necesarias", que Uribe llegó a la Cámara de Representantes, por primera vez, en julio de 1896, y de entrada tomó la palabra para tomarse, casi de soslayo, la atención generosa del auditorio y, de manera egoísta, muy a su pesar, la vocería única de la oposición. No se exagera. Era el único representante del Liberalismo, en una Cámara dócil a la Regeneración, pero a la Regeneración con mayúscula. Uno solo contra 60.

El libro publicado en diciembre contiene tres debates famosos del congresista primerizo y novicio: Representantes Espurios, La Cuestión Cubana y Facultades Omnímodas. Ahora se dan a la luz otros dos debates correspondientes a la misma legislatura de 1896: Gravamen del Café y Recargo de Contribuciones. Completa el volumen la selección de otros discursos pronunciados por la misma época, sobre temas varios: Estatua de Caldas, Santander y Caloto, Navegación Fluvial, Reformas al Reglamento, etc.

Según se informó y se anunció en el pórtico del tomo inicial, las piezas oratorias que aquí se recogen corresponden a la segunda parte de un libro publicado en 1897 (400 páginas, Bogotá, Imprenta y Librería de Medardo Rivas, prólogo de A. Robayo L,J) . Son exposiciones de un lejano ayer, inspiradas generalmente por la pasión libertaria, que el paso del tiempo ha ido dejando en la orilla, como terreno fácil para el cultivo de la historia. Son lejanas, y parecen de ayer. Uribe fue un visionario.

Dije antes que la obra se refiere a los discursos del orador antioqueño. Así fue el propósito de arranque. Pero ya en el camino se han ido componiendo las cargas. El entusiasmo del primer momento creció como una chispa, y hoy se quiere que toda la producción de Uribe Uribe celebre o vuelva a celebrar la epifanía de la luz. Así lo decidió la Junta Directiva de la Beneficencia de Antioquia en su reunión del 19 de junio de 1918 (acta No. 5). Es una hermosa tarea de cultura, con cierto aire de cordial desafío. Todo lo que escribió este gigante de la Montaña se irá acumulando en breves meses y en páginas nuevas, hasta formar el conjunto admirable que ratifique lo dicho en la Pincelada Biográfica: "Rafael Uribe Uribe fue jurista, político, mJ1itar, diplomático, periodista, orador, parlamentario, publicista, filólogo, agricultor, caudillo liberal".

Se comenzó por los discursos parlamentarios de la legislatura primeriza. Si ha de seguirse el orden cronológico, el tercer tomo puede ser la primera parte de los "Documentos Militares y Políticos" (Guerra de los Mil Días). Después vendrán ... Tienen que venir los expertos en las hazañas bélicas y literarias de Uribe a fin de reunir recomendaciones y aportes en la gran operación de suma que para bien de las letras colombianas ha emprendido la Beneficencia de Antioquia. Bien por ellas y por ésta.

Síguese aquí: en el segundo tomo, la costumbre de reservar un Apéndice para ir sumando páginas memorables en honor de Uribe. En la primera parte habla él; en la segunda hablan de él. Ayer, en el tomo anterior, fueron Marco Fidel Suárez, Guillermo Valencia, Jorge Eliécer Gaitán, Clímaco Soto Borda, Juan Lozano y Lozano. Hoy son Laureano García ortiz, Carlos Lozano y Lozano, Tomás Carrasquilla y Jaime Sierra García. Mañana serán otros, también de ayer, de mañana y de siempre. Y otra vez viene de perlas lo que se dijo ayer:
"Suáréz, Valencia, Carlos Lozano, para sólo mencionar a tres de los merecedores de la estatua, dijeron ya de Uribe lo que puede decirse cualquier día, en la infinita sucesión de los siglos".

La carátula de este libro se debe a Sonia Gil Sepúlveda, quien hizo también la del tomo inicial. Artista delicada y heredera de gracias poéticas, esta vez ha querido poner el acento de su lápiz donde Uribe puso la acentuación de su palabra, de su trabajo campesino y de su preocupación como economista un tanto empírico: en el café. La bonanza cafetera se deshoja en el fondo de las páginas ...

Es oportuno anotar que si en este libro los ramajes cafeteros le sirven de adorno, de ilustración y de gracia poética a una nueva colección de discursos, en el paraje El Palmar del municipio de Valparaíso, donde nació el agricultor académico, una estatua de bronce * que sirve de joya histórica a un cafetal fecundo en la cosecha roja ... . La estatua es obra del escultor antioqueño Horacio Velásquez y fue inaugurada por el Gobernador Jaime Sierra García el 26 de julio de 1978.

La obra de Uribe continúa adelante, como el cafetal de su paraje nativo, a la sombra luminosa de la Beneficencia de Antioquia.

Medellín, agosto de 1978.

J. EMILIO DUQUE ECHEVERRI Gerente de la Beneficencia de Antioquia

* Otras fotos del monumento:

http://www.cosasycosas.com/fotografias/albums/userpics/10002/13~1.JPG

http://www.antioquiadigital.com/bancodigital/pages/8170066.htm

http://web.presidencia.gov.co/fotos/2009/mayo/31/foto7.html

+++++

Actualizó: NTC … / gra . Noviembre 15, 2009, 7:23 AM

RAFAEL URIBE URIBE -RUU- (1859 - 1914). Debate. Continuación, IV. Nov. 14, 2009

.
.
Continuación de:

.
RAFAEL URIBE URIBE -RUU- (1859 - 1914).
Debate. Continuación, IV. Noviembre 14, 2009
-

" ... el centrado y competente es el Uribe de hoy ..."

GRAFFITI, anti-geraldmartiniano, en la "Calle de la Revolución" en Macondo ....

---

RE: 2a Respuesta de Maria Eugenia Dominguez‏
De: Carlos Vidales ( carlos@bredband.net )
Enviado: viernes, 13 de noviembre de 2009, 04:39:02 p.m.
Para: 'Maria Eugenia Dominguez' ( mariaeugenia.dominguez@gmail.com )
CC: 'Gabriel Ruiz' (gaboruizar@hotmail.com); 'Bernardo begow' (begow@une.net.co); begow@epm.net.co; 'Maruja Vieira' (vieiramaruja@gmail.com)
.

Estimada María Eugenia,

Muchísimas gracias por su respuesta. Le acepto gustoso que estrechemos las manos, pero mucho me temo que tengamos ideas un tanto diferentes acerca de eso de no permitir que se denigre a nuestros héroes. Nuestros héroes se defienden solos, creo yo. En cambio, me interesa leer con mucho interés todo lo que se dice sobre ellos (a favor y en contra) en cualquier parte del mundo. Como creo en los principios del humanismo, le otorgo a cualquier “extranjero” el derecho de opinar como se le antoje sobre lo que se le antoje, aunque no comparta su opinión o la considere errónea. Llevo ya más de medio siglo de exilios superpuestos (en parte, por haberme metido a hacer la guerra siguiendo una apasionada vocación por la justicia social) y creo que todos los seres humanos nacemos solamente humanos, sin fronteras. Esas vienen después, y casi siempre para negar los derechos del “extraño”.

Los adjetivos no son buenos cuando vienen solos. Podemos, por ejemplo, estar de acuerdo en que Bernadotte era “interesado”, pero luego debemos reconocer que ese interés suyo por hacer negocios redundó en beneficios para el Ejército Bolivariano, pues gracias a los manejos de Bernadotte pudieron los patriotas comprar armas y pertrechos para la independencia. La invito a leer mi trabajo de investigación sobre el tema, en mi revista electrónica “La Rana Dorada”, en el siguiente enlace: http://hem.bredband.net/rivvid/historia/sbtotal4.htm

Y que conste que a mí Bernadotte no me gusta, sencillamente porque los reyes no me gustan. Soy republicano. Y el Mariscal Ney tampoco me gusta porque renunció a la lealtad a la República para ser leal al Imperio y a un Emperador. Pero algún lado bueno debió tener, sin duda.

En lo que respecta a Washington, hay que decir que comenzó su carrera militar a la edad de 20 años y que participó en la larga guerra de 1754-63 contra los franceses, de manera que cuando se inició la independencia de los Estados Unidos, en 1776, ya era un oficial de carrera con gran experiencia. Lo interesante del caso es que los historiadores de hoy (norteamericanos, europeos y latinoamericanos, la nacionalidad no importa) cuestionan hoy seriamente su carácter y su honradez como persona, con documentos en la mano. Y nadie se pone furioso, porque la investigación histórica no se debe convertir en pelea de gallos. Hay defensores y detractores de Washington, pero todos los investigadores serios están de acuerdo que el asunto se resuelve por medio de la investigación, no mediante el recurso de “no tolerar” que se “denigre” a este señor. Por otra parte, sus errores y aciertos militares están ampliamente estudiados y documentados.

Tengo a la mano el excelente libro de Jorge Villegas y José Yunis, “La Guerra de los Mil Días” (Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1979), probablemente la obra mejor documentada sobre el tema. Los autores son terriblemente duros con Rafael Uribe Uribe y no vacilan en decir sin rodeos que Uribe Uribe era un “pésimo conductor militar” (página 56). No comparto ese criterio, que me parece exageradísimo, pero no me permito el lujo de indignarme por ello y mucho menos caigo en la descalificación de todo el libro.

Verá usted, yo soy marxista. Carlos Marx dice que hay que someter todo, absolutamente todo, a crítica. Por eso, entre otras cosas, me parece que el escrito de Marx sobre Bolívar es malísimo, plagado de errores (de hecho, es denigrante contra Bolívar) sin que eso implique que yo descalifico a Marx como uno de los grandes genios que la humanidad ha producido. En un cuaderno de notas, Marx respondió un cuestionario escolar de su hija Jenny, a la pregunta de cuál era el héroe que más admiraba. Su respuesta fue: Espartaco. No obstante esto, Marx escribió notas críticas sobre los terribles y fatales errores políticos y militares de Espartaco. Eso es lo que yo llamo integridad y honradez intelectual. Como la historia verdadera no se escribe para culpar a nadie ni para justificar a nadie, no tiene sentido decir: “Cometió errores pero hay que tener en cuenta que en su época no se había avanzado lo suficiente en la ciencia política ni en el oficio militar, así que está justificado”. No, lo correcto es decir: “Cometió tales y cuales errores y hay que aprender de eso porque la historia nos va a volver a colocar en el trance revolucionario, y no debemos cometer los mismos errores ya cometidos por otros”.

Usted sigue creyendo que el adjetivo “incompetente” es degradante y agraviante. Puede serlo (dependiendo del contexto), pero solamente en la tercera acepción del término. Recuerde que el señor Martin es británico y piensa en inglés. El diccionario Webster dice:

Main Entry: in·com·pe·tent
Pronunciation: \(ˌ)in-ˈkäm-pə-tənt\
Function: adjective
Etymology: Middle French incompétent, from in- + compétent competent
Date: 1595
1 : not legally qualified
2 : inadequate to or unsuitable for a particular purpose
3 a : lacking the qualities needed for effective action b : unable to function properly
— incompetent noun
— in·com·pe·tent·ly adverb

Fíjese usted que la PRIMERA acepción, en inglés, es “no cualificado legalmente”.

A la vista de todo lo que digo, y de muchas otras cosas que sería largo y engorroso traer a cuento, me reafirmo en la idea de que las reacciones de mis compatriotas contra UNA PALABRA en un libro de NOVECIENTAS PAGINAS son más que exageradas: histéricas. Y no me refiero a su indignación contra mí, estimada María Eugenia. Me refiero a los ríos de tinta que han corrido para descalificar a un señor inglés que cometió la ligereza de usar UNA palabra que causa roncha en un libro de NOVECIENTAS PAGINAS que nadie ha leído. ¿No le parece grotesco? A mí sí.

Reciba nuevamente mi saludo más cordial.

Carlos Vidales
++++++
.

2a Respuesta de Maria Eugenia Dominguez
From: Maria Eugenia Dominguez [ mariaeugenia.dominguez@gmail.com ]
Sent: den 13 november 2009 20:41
To: Carlos Vidales
Cc: Gabriel Ruiz; Bernardo begow, begow@epm.net.co; Maruja Vieira
Subject: Re: 2a Respuesta de Maria Eugenia Dominguez

Estimado Profesor Carlos Vidales:
Agradezco su pronta respuesta, maravillosamente bien sustentada, lúcida y coherente. La mía, en cambio, desbocada por la indignación quedó corta. Hasta donde yo sé, de los compatriotas con reacciones exageradas –e histéricas (¿?)- solamente hay una, yo. Discrepo de la histeria, aún no llego a eso. Imagino que por exagerada Usted quiere decir que no se esperaba ésa reacción ya que nadie más lo hizo, verdad? Si, en Colombia se nos ha olvidado reaccionar…Nos da miedo comprometernos, protestar por las injusticias y ejercer nuestros derechos. La vida aquí tiene poco valor, se la quita a uno cualquiera en cualquier momento. Efectivamente, concurro con Usted, Profesor, en Colombia todo se vuelve agresión.

Digo que la mía quedó corta porque a diferencia de Usted que desmenuzó en forma organizada el artículo del General Álvaro Valencia Tovar, yo simplemente hice una apreciación general. Tampoco precisé que al lanzarse nuestro adjetivo, objeto de la discusión –incompetente- éste toma una connotación degradante que es para todos, en todas las latitudes, obvio. No es lo mismo cuando uno de autodefine incompetente o sin competencia.

Imperdonable mi confusión de personajes! Pido mil excusas a los Suecos. Es inconcebible que pueda yo confundir al interesado Bernadotte con el generoso, arrojado y fiel Ney? Cosas de una mente recalentada.

Afirma Usted que es “algo incompetente en asuntos militares” y yo también lo soy. No obstante, nos permitimos hacer apreciaciones sobre las falencias nuestros militares, pero ninguna sobre las de los militares extranjeros: que tal que se nos ocurriera decir que George Washington era un incompetente? Ese sí que no tuvo ninguna formación militar y ascendió en dos años a Teniente Coronel. Al menos Rafael Uribe Uribe tenía nociones de “táctica de infantería que nos había enseñado el Coronel Manuel Francisco Fernández, Comandante del batallón 2º de Buga” (Capítulo V p.142 Memorias Julián Uribe Uribe) y había hecho ejercicios de orden cerrado en el colegio de Medellín. Ascendió a General luego de haber participado en tres guerras y de graduarse en Derecho. George Washington era un empírico.

Sigo afirmando que me encantó lo escrito por el General Valencia Tovar. Critica, si, el desempeño del General y reconoce sus aciertos en forma lógica, pausada e ilustrada. “Un ejército sin escuelas militares, aquejado del morbo político que envenenaba el alma nacional, desprovisto de las disciplinas continuadas de la profesión castrense, no podía formar su oficialidad en los moldes académicos de la verdadera milicia”. Entonces?

Antes de las “chispas luminosas”, encontramos: “Obviamente, hay que comenzar por un encuadramiento del hombre en el tiempo y en las circunstancias. El tipo de guerra, anticuado y elemental, que se hizo en el siglo XIX en Colombia, fue tropical y sangriento, carente de finura estratégica y de estructura conceptual.”

Como Usted, puedo seguir citando apartes pero el artículo sigue siendo una magnífica pieza literaria, divinamente escrito donde nunca se tacha de incompetente a Rafael Uribe Uribe.

Todas sus frases las leí atentamente, lo que me indigna es que no haya protestado lo del irresponsable “adjetivo a vuelapluma”, mas aún, cuando sus abuelos paternos lucharon hombro a hombro con mi bisabuelo. El pensamiento de Rafael Uribe Uribe es muy cercano al de su padre, Luis Vidales, hombre extremadamente valioso, comprometido: debe ser por ése lado que le viene la vena literaria.

Permitamos que el General Valencia Tovar tenga paz. Le ofrezco mil disculpas por mi exaltado ataque y le propongo a Usted que cerremos las manos cordialmente y busquemos la forma de trabajar juntos para que no se denigre de nuestro país o de nuestros héroes en ninguna parte del mundo.

Maria Eugenia Dominguez M
-

Respuesta a María Eugenia Domínguez‏
De: Carlos Vidales (
carlos@bredband.net)
Enviado: Estocolmo, viernes, 13 de noviembre de 2009 10:25:24 a.m.
Para: Maria Eugenia Dominguez‏ , mariaeugenia.dominguez@gmail.com
Estimada María Eugenia Domínguez:

Lamento muchísimo que su indignación no le haya permitido leer detenidamente esta frase mía: “Nada de eso [las limitaciones militares de RUU], creo, afecta en un ápice la grandeza política y la significación histórica de Uribe Uribe, cuyos escritos sobre el socialismo y sobre muchos otros temas de la cultura y de la política todavía tienen mucho que enseñarnos”. Tal vez debería haber agregado que mis abuelos paternos, Roberto y Rosaura, combatieron con las armas en la mano bajo las órdenes de Rafael Uribe Uribe, y que desde mi primera infancia aprendí de mi padre, Luis Vidales, la ardiente admiración que siempre he sentido hacia este hombre extraordinario –su tío bisabuelo–, forjador de generaciones y mártir de la paz. Podría también haber añadido que tengo en mi apartamento de Estocolmo, como una reliquia, un facsímil del primer número de El Espectador (“Periódico político, literario, noticioso e industrial”, Medellín, martes 22 de marzo de 1887), cuya primera página está ocupada por dos avisos del general Rafael Uribe Uribe: el anuncio de su “Diccionario abreviado de Correcciones de lenguaje”, que se vende a dos pesos el ejemplar; y la nota sobre su bufete de abogado como “Especialista en el foro criminal”, Calle de Cundinamarca, una cuadra arriba de San Juan de Dios”. Nada dije de todo eso, porque jamás imaginé que un modesto comentario mío pudiera dar lugar a que se me considerara partícipe de un insulto incalificable contra el egregio general y, peor aún, que se llegara a dudar de mi carácter de colombiano (con un signo de interrogación ?) y de hombre de bien (con otro signo de interrogación ?).



Aunque tengo una gran tentación de probar aquí que sí, en efecto, soy colombiano y hombre de bien, dejaré esa discusión para otra oportunidad, por una razón de lógica elemental: aunque fuera hotentote o paquistano, y aunque fuera criminal y reo de las peores atrocidades, siempre seguiría siendo cierto que eso nada tiene que ver con las cualidades y competencias militares de Rafael Uribe Uribe. Verá usted, son cosas distintas: no importa cuán canalla sea yo, los hechos históricos son lo que son, el triángulo sigue teniendo tres lados y la tierra sigue girando alrededor del sol. De manera que es más sensato discutir el asunto y no la calidad humana de los que discuten.



Está usted tan indignada, señora, que los ojos se le obnubilan y no puede ver que usted misma me da la razón. Cita tres diccionarios en tres idiomas, y los tres dicen lo mismo que yo dije:



“INCOMPETENTE adj. Que carece de la competencia necesaria./ Que no tiene los conocimientos requeridos para decidir o hablar de alguna cosa. INCOMPETENT, ENTE ( lat. incompetens), adj. En jurispr. Qui n'est pas compétent. Juge, tribunal imcompétent. En parlant d'un jugement. Jamais jugement ne fut plus incompétent, Volt. Fig. Dans le language ordinaire, qui n'a pas les connaissances nécessaires. Il est fort incompétent en litterature. IN-COM-PE-TENT adjective Not having or showing the necessary skills to do something successfully: a forgetful and utterly incompetent assistant. LAW Not qualified to act in a particular capacity: the patient is deemed legally incompetent. MEDICINE (esp. of a valve or sphincter) Not able to perform its function.”



El problema que tenemos aquí, y que ha provocado reacciones exageradas –e histéricas– de parte de mis compatriotas, es que en Colombia, en la lengua cotidiana y familiar, suele confundirse incompetente con incapaz. Y desde esa perspectiva, el adjetivo incompetente se convierte en una agresión. Bueno, en Colombia casi todo es una agresión, como se ve por los debates que se publican en los medios. Pero verá usted, son cosas distintas: una persona incompetente en alguna disciplina, es una persona que no tiene los conocimientos suficientes para dominar dicha disciplina; y una persona incapaz de realizar una tarea es una persona que no puede realizar dicha tarea por deficiencias que pueden ser propias de su organismo o de su temperamento (cretinismo, imbecilidad, bobería congénita, indisciplina, pereza, etc.) o de su formación. Usted dice que ha vivido en Europa y yo espero que haya vivido en Europa durante el tiempo suficiente para haber oído esta expresión: “Me declaro incompetente en este asunto”. No es que el sujeto en cuestión se declare cretino, estimada María Eugenia, no. Es que declara no tener los suficientes conocimientos sobre el asunto. También se dice: “Este señor es extraordinariamente capaz y eficiente, pero no tiene competencia formal”. Es decir: “Aunque es capaz de realizar su trabajo muy bien, carece de título habilitante”. Y en el mismísimo diccionario inglés que usted cita, se da el ejemplo de alguien que es “legally incompetent”, es decir, que no tiene competencia legal.



Estas no son invenciones del “país de los descendientes del muy competente Maréchal Ney y su deliciosa Désirée”, como usted dice con tanta gracia. Entre otras cosas, porque ese país no existe. Verá usted, estimada María Eugenia: la deliciosa Desirée Clary jamás tuvo nada que ver con el Mariscal Ney, y el Mariscal Ney jamás tuvo nada que ver con Suecia. No hay que confundir al Mariscal Ney con el Mariscal Bernadotte, así como tampoco hay que confundir “incompetente” con “incapaz”. Cuenta García Márquez que en Centromérica hay una estatua del Mariscal Ney que se supone representa al héroe patriota Francisco Morazán, pero yo le aseguro que en Suecia no hay ninguna estatua de Ney, y todas las de Bernadotte representan a Bernadotte. Cosas de los suecos.



Todo lo anterior se confirma con la carta que el señor Martin ha enviado a Gabriel Ruiz:



“Estimado amigo: Muchas gracias por su mensaje sobre Rafael Uribe Uribe. Quisiera aclarar que soy un gran admirador de la figura y del pensamiento político de RUU: lo único que decía era que sus dotes como líder militar no eran comparables a su altura como líder político y pensador.”



¿Dónde está entonces el terrible insulto, la injuria contra la patria, la incalificalble agresión contra el tío bisabuelo? En ninguna parte. Yo dije que era “un adjetivo a vuelapluma” porque si el señor Martin se hubiera detenido a pensar que esa palabra (“incompetente”) iba a poner a toda una nación a echar espuma por la boca, no habría sido tan ligero con la pluma, o con el teclado. Le pasó lo mismo que a mí, que si hubiera sabido que el general Rafael Uribe Uribe era su tío bisabuelo, estimada María Eugenia, jamás me hubiera arriesgado a decir que el asunto no era para tanto escándalo. Le pido mil disculpas por ello y le propongo que le declaremos la guerra, desde ahora y para siempre, al general Álvaro Valencia Tovar.



Porque, verá usted, estimada María Eugenia, el general Álvaro Valencia Tovar dice y repite una y otra vez que su tío bisabuelo era incompetente, aunque heroico, en asuntos militares. Usted dice que el artículo de Valencia Tovar “es una delicia, es muy refrescante encontrar un escrito divinamente bien escrito -vale la redundancia-, impecable”. Yo he dicho que es una buena pieza literaria. Parece que en eso estamos de acuerdo. Pero vea usted lo que dice Valencia Tovar:



“En medio de la penumbra saltan, si, chispas luminosas que no alcanzan a salvar de agobiante mediocridad el mando militar, plagado de errores garrafales y desaciertos profundos. […] Una de esas chispas se llamó Rafael Uribe Uribe. No alcanza a ser luminaria.”



¿Cómo así? ¿No es una luminaria? ¿Cómo se atreve a injuriar así a RUU? Eso sí, está divinamente escrito. Y sigue:



“Cuenta Julián Uribe Uribe en sus Memorias que su hermano estuvo a punto de lanzar al Secretario de Gobierno por la ventana de la Gobernación, porque no le daba armas para dotar el Batallón Legión de Honor que le había sido asignado. El joven Sub­teniente gobiernista de Los Chancos, saltaba ahora a Teniente Coronel de la Revolución, sin otro mérito que el de su gloriosa herida cuando la batalla no alcanzaba aún su pleamar.”



O sea, sin competencia militar suficiente: INCOMPETENTE adj. Que carece de la competencia necesaria./ Que no tiene los conocimientos requeridos.



Y sigue Valencia Tovar:



“Rafael Uribe demostró en la breve campaña sus cualidades de caudillo carismático. Poco entendía de la guerra clásica, para la cual no había sido preparado.”



O sea, sin competencia militar: “INCOMPETENT: Dans le language ordinaire, qui n'a pas les connaissances nécessaires.”



Y sigue Valencia Tovar:



“Esta [campaña] de 1895 fue la más breve y estéril de las que envolvieron al guerrero convertido en General.”



“Cuatro fueron las intervenciones mayores que Rafael Uribe Uribe tuvo en el largo conflicto que desangró la nación por tres años interminables. Para un mejor enfoque de sus actuaciones pueden precisarse así: Batalla de Bucaramanga, Asalto en Peralonso, Batalla de Palonegro y Operaciones Volantes.

La primera ocurre en tomo a la ciudad que habría de presenciar las más violentas acciones de la guerra. En ella se evidencian las condiciones fundamentales de Uribe Uribe en su comportamiento guerrero: arrojo sin límites, inspiración y carencia de conocimientos militares para utilizar las dos primeras con acierto y eficacia.”

¡Pero esto es el colmo! ¡Ya lo ha dicho tres veces, y divinamente escrito! ¡RUU no tenía competencia militar! “INCOMPETENTE adj. […] Que no tiene los conocimientos requeridos.”

Y sigue Valencia Tovar:

“Avanzando desde el Sur, Uribe quiso batir la guarnición gobiernista de Piedecuesta para impedir su fusión con la de Bucaramanga. Con acierto preparó un plan envolvente pero la indisciplina de los comandantes encargados de ejecutarlo permitieron al adversario evacuar la población sin combate. Esto contrariaba la idea preconcebida del General que, sin plan alguno prosiguió hacia Bucaramanga. No era su intención comprometerse en batalla de inmediato, ignorante como se hallaba de las características del terreno y del dispositivo de su adversario.

¿Por qué, entonces, se libró la acción el 11 de noviembre de 1899? Precisamente porque aquella hueste amorfa no tenía condición militar alguna ni respondía a organización definida. Luchaba por una bandera. Apasionadamente, admirable en su denuedo y heroísmo. Así marchó al sacrificio y a la muerte, dejando huella perdurable de su valor sobre la arena de su derrota.”

Divinamente escrito, sin duda. Y sigue Valencia Tovar:

“La situación escapaba de manos del General. No había otro recurso que sacar partido de una situación precipitada contra el querer del comandante y así se hizo, sin disposición táctica para maniobrar en torno a las defensas sólidamente preparadas.”

“Uribe Uribe, después del desastre ante Bucaramanga, dio pruebas de fortaleza de ánimo y energía que hablan muy bien de sus dotes de comandante. Improvisado sí, como la mayor parte de aquellos generales de espada, pólvora y casaca, pero resuelto y embarnecido por una voluntad de acero.”

Divinamente escrito. Todo el arte está en eludir el maldito adjetivo sobre la competencia.

“Herrera había hecho una carrera militar consistente, ascendiendo con relativa regularidad. Uribe era producto de la inspiración y de la fuerza de un espíritu hecho para lanzarse a las alturas. Herrera era metódico. Uribe imaginativo, más líder carismático con visos de caudillo, ante el comandante ortodoxo y rígido que había en Herrera.”

“Dentro de ese cuadro donde alternan los perfiles dantescos de Palonegro con la hora radiante de Peralonso, Rafael Uribe Uribe brilla como conductor de hombres y como guerrero más que como militar depurado, que nunca tuvo oportunidad de ser, ni en defensa del gobierno legítimo en sus primeras campañas ni levantado contra la autoridad en las últimas.”

“Fue un adversario hidalgo, como lo demostró al dejar en libertad a los generales conservadores caídos en sus manos durante la batalla de Palonegro. Un jefe improvisado pero intuitivo y capaz.”

O sea, capaz, pero sin competencia suficiente. ¿Queda claro?

“De haber tenido Uribe oportunidades de perfeccionamiento escolástico en disciplinas militares continuadas hubiese podido llegar a ser un general de calidades eximias. Lo fue, es verdad, pero dentro de patrones guerreros que, tal como se ha visto a través de esta silueta de su figura guerrera, eran de pobre contextura profesional.”

“Las guerras, particularmente esta última de características tan inhumanas en razón de la ineptitud militar de muchos jefes superiores, hicieron de Rafael Uribe Uribe un pacifista convencido.”

Debería bastar con esto, pero no basta. Usted dice, estimada María Eugenia, que “Efectivamente, Rafael Uribe Uribe fué enemigo de la guerrilla; él solamente reconocía el orden y la ley, el Estado de Derecho y le arrebataron la vida defendiéndolo”. Solamente lo último es verdad: lo asesinaron porque defendía la paz. El Estado de Derecho y la Paz. Pero verá usted, estimada María Eugenia, una cosa es “el orden y la ley” y otra cosa es el Estado de Derecho. Su tío bisabuelo dirigió ejércitos revolucionarios contra “el orden y la ley” de los conservadores, contra la inaudita e inaceptable hegemonía conservadora. Lo hizo para que en Colombia se instaurara un Estado de Derecho que todavía no existe y que solamente existirá cuando el pueblo de Colombia haga su verdadera revolución, con las banderas humanitarias y solidarias de su tío bisabuelo. Así que, por favor, no me venga con el cuento de que Uribe Uribe “sólo reconocía el orden y la ley”. Lea lo que él mismo escribió y verá que sólo reconocía el orden y la ley basados en la justicia social y en el Estado de Derecho. Y no fue enemigo de la guerrilla porque fuera pacifista, no. Fue enemigo de la forma guerrillera en medio de la guerra, precisamente cuando estaba dirigiendo la revolución liberal, porque tenía una concepción de la guerra regular, como dice Valencia Tovar, “dentro de patrones guerreros que, tal como se ha visto a través de esta silueta de su figura guerrera, eran de pobre contextura profesional.”

Vuelvo a mi frase del comienzo: “Nada de eso [las limitaciones militares de RUU], creo, afecta en un ápice la grandeza política y la significación histórica de Uribe Uribe, cuyos escritos sobre el socialismo y sobre muchos otros temas de la cultura y de la política todavía tienen mucho que enseñarnos”.

Reciba mi saludo de colombiano y de hombre de bien, sin signos de interrogación. Evite las agresiones personales, directas o indirectas, porque es tonto andar fabricándose enemigos. Pero si duda sobre mi hombría de bien, pregúntele a mis hijos, que son los únicos que tienen competencia en este mundo para hablar sobre ese tema.

Cordialmente,

Carlos Vidales, desde el país de Olof Palme, Ingmar Bergman y Lars Hjerta.

2009-11-13



Carlos Vidales

http://hem.bredband.net/rivvid/

http://luisvidales.blogspot.com/

http://losimportunos.wordpress.com/